Por: Laura Almeciga Avellaneda
Dios es un ser que me siempre me ha generado curiosidad y no por la necesidad de encontrar mi camino hacia el cielo o ser la próxima gurú colombiana que libere al país del uribismo; sino porque a lo largo de mi vida he podido evidenciar la forma en la que distintas culturas y religiones lo definen, convirtiéndolo en muchas ocasiones en un “padre castigador y poco agradable” que según las “creencias” de algunas personas, que basadas en su nombre han discriminado a las grandes minorías de la sociedad a lo largo de la historia . Sin embargo, hoy, a través de esta columna quiero mostrar un concepto de Dios que me ayudó a cambiar mi forma de verlo a él e incluso a la vida misma.
Durante el siglo XVII un Filósofo llamado Spinoza realizó una tesis en la que en la que describió el “Pensamiento de Dios y su mensaje para el mundo”
Según el Filósofo Spinoza esto dice Dios en palabras teóricas hacía nosotros:
Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida.
Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.
¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa! Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.
Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo.
El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer.
Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito…
¡No me encontrarás en ningún libro!
Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi trabajo?
Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te crítico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.
Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice… yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias… de libre albedrío ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad? ¿Qué clase de Dios puede hacer eso?
Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo crean culpa en ti.
Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para ti. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.
Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas.
Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro.
Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.
No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir.
Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di. Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?… ¿Te divertiste? ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Qué aprendiste?…
Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.
Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy?
Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?… ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.
Deja de complicarte las cosas y de repetir como un loro lo que te han enseñado acerca de mí.
Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas. ¿Para qué necesitas más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones?
No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro… ahí estoy, latiendo en ti.
Sé que a veces seguir a Dios puede ser una tarea algo difícil porque la idea que la religiosidad nos impuso sobre él, puede llegar a ser algo agotadora y tenebrosa. Sin embargo, con esta tesis filosófica personalmente he logrado disfrutar la vida de una mejor manera, permitiéndome ver a cada persona y a cada cosa que pasa por mi camino como un personaje. porque sí, eso somos todos, personajes. Personajes que tienen miles de historias por contar, por vivir, con momentos malos, buenos, amores, desamores y en los cuales, sé que siempre estará Dios porque “Todo pasa por algo y no pasa por algo también y aunque a veces creamos que Dios nos abandonó, él siempre está ahí dejándonos un aprendizaje en cada momento que vivimos, solo que lo hace al estilo del principito". O sea demostrando que :"Lo esencial es invisible a los ojos”.
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