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VIVIENDO EN LA NUBE

Actualizado: 17 dic 2019

Por: Santiago Guevara Rodríguez


La tecnología es un elemento que distingue al hombre desde el comienzo de su historia, nuestra “evolución”, si así podemos llamarla, se ha visto envuelta en un sin número de cambios que han transformado trascendentalmente la vida, su forma de pensar y de ver el mundo. La humanidad está en un constante proceso de metamorfosis.


Como si de la tan afamada película Matrix se tratase, estamos en un mundo donde creamos nuestras realidades, con el uso de lo que tan torpemente llamamos tecnología y nos hace más idiotas cada día. Una llamada, un mensaje de texto, un chat, un perfil, Google, YouTube, Drive, iCloud, internet… un cáncer, nada más que una idea mal invertida en la sociedad, con los fines equivocados, por personas inexpertas, náufragos en un mar de información infinito que jamás se podrá controlar, ellos lo saben todo, de usted, de sus vecinos y también de mí, que hacemos, cuándo lo hacemos, dónde y con quién, el experto en redes sociales, Humberto Zurita de Milenio (2018) dijo: “este es el momento idóneo para hacer un corte de caja, una estricta revisión y poner bajo una severa protección la información personal que tienen estos instrumentos.”


Sin alejarnos tanto de un día cotidiano pasándonos a los hackers o a las estafas cibernéticas internacionales, estamos frente a una realidad simple y tan publica como nuestras vidas en las redes, según el periodista Everett Rosenfeld de la CNBC de Estados Unidos, los usuarios activos mensuales de Facebook para inicios del 2016 fueron de 1,65 mil millones. Un gigante informático y el mejor y más exacto ejemplo de lo que NO es privacidad y como la perdemos por ingenuo beneplácito. Primero reflexionemos un poco, ¿qué saben los demás de usted en Facebook? Nombre, edad, de donde es, donde vive, a quien conoce, que lee, que le gusta, quien es su pareja y sus familiares, y solo estamos rascando la inmensa la punta del iceberg de toda la información que representa la red social actualmente más usada en el mundo, en resumen, todos nuestros derechos de intimidad se resumen en un: ACEPTO TÉRMINOS Y CONDICIONES __, y la respuesta ya todos la conocemos…


En el periódico colombiano El Espectador Umberto Eco en su columna, Dando a cambio nuestra privacidad, dijo: “por primera vez en la historia de la humanidad, los espiados están colaborando con los espías para simplificar la tarea de estos últimos. Lo que, es más, la persona promedio extrae satisfacción de rendir su privacidad cuando eso le permite sentir como si otros verdaderamente lo vieran”. Somos los proxenetas de nuestra privacidad, subastándola al mejor postor, pero todo tiene sus riesgos y en algún momento nos lo tenían que mostrar, en marzo de 2018 gracias al prestigioso periódico The New York Times en la publicación “How Trump Consultants Exploited the Facebook Data of Millions (La empresa que explotó millones de datos de usuarios de Facebook, en su versión en español)” destapó la olla, como diríamos en Colombia, del presunto uso con fines políticos de los datos de más de 50 millones de usuarios (sin su consentimiento) de Facebook en las elecciones de 2016, gracias a la firma Cambridge Analytica, que habría favorecido la campaña del republicano Donald Trump. En ese momento el mundo fue abofeteado, se levantó y dijo: “oigan son vulnerables” y así es, el escándalo mundial giró en torno a la pregunta ¿Qué tan seguros están nuestros datos?


Otro gran ejemplo de la vulnerabilidad de nuestros datos en la red fue la fuga de datos de cerca de 10.000 usuarios del gigante informático Microsoft de su servicio de correos electrónicos Hotmail en 2009, o los abismales 77 millones de usuarios de los que se perdieron sus datos por un presunto error en la plataforma PlayStation Online, Kaspersky (2017). Podríamos seguir interminablemente y mientras yo escribo y usted lee esto miles o hasta millones de datos se están comerciando con fines económicos, políticos y demás, somos los verdugos de nuestro propio fin, por eso debemos despertar, pellizcarnos y decir, !hey¡, esto es real y estoy en riesgo, esto puede salir muy mal, la información es el nuevo oro del siglo XXI, somos los únicos que les entregamos el poder y nuestra vida en datos a “ellos”, un Bill Gates de Microsoft, Jeff Bezos de Amazon, Larry Page de Google o Zuckerberg información reportada por Daily trend, y no creo que pierdan el sueño preocupados por si le robaron la clave de su correo, clonaron su perfil o crearon uno falso para realizar estafas o buscar jóvenes para intentar violarlos por medio de engaños. El viejo discurso de la “responsabilidad” solo queda como un chiste barato frente a lo que vemos todos los días, estafas, extorsiones, violaciones, sexting, un engendro creado al final por nosotros mismos.


Lo gracioso al final es que ni Skinner y menos Pávlov consiguieron un condicionamiento en las personas como lo hacen hoy las redes sociales. Bien lo dijo Huxley en su libro Un mundo feliz: “Todo condicionamiento tiende a esto: a lograr que la gente ame su inevitable destino social”.



 

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