Por: Juliana Cortés Osorio
América Latina se ha caracterizado por ser una de las regiones con mayor riqueza natural pero con un enorme deterioro a causa de la mano del hombre. Hoy en día, la crisis ambiental que está viviendo la región se debe al mal manejo o tratamiento de los residuos y la sobre-explotación de los recursos naturales. Por otro lado, la falta de educación y sensibilización sobre la importancia del entorno ha ocasionado que la población lo degrade. Aparte de eso, las políticas medioambientales que se han implementado en el continente son ineficientes.
Gran variedad de manifestaciones culturales que se desarrollan en la región han venido modificando ecosistemas y amenazan con extinguir parte de su biodiversidad. El consumo de babillas, iguanas, tortugas marinas y los huevos de estas especies ha generado que su población se reduzca considerablemente en el Caribe. También, debido a las tradiciones católicas se evidencia una reducción en la cantidad de palmas la cual ha generado que disminuya la población de aves, principalmente el loro orejiamarillo. Por lo tanto, para transformar las costumbres perjudiciales para la naturaleza es necesaria la formación de ciudadanos ambientales, los cuales según Edgar González. Ph.D. en Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de Educación a Distancia dijo: “nociones de aprendizaje y de participación comprometida, algo como, aprender, informarse, documentarse sobre los problemas ambientales, sus causas y sus posibles soluciones, para saber cómo actuar responsablemente sobre los mismos”.
La sobreutilización y el uso de químicos dañinos han generado que se degraden los recursos naturales, en especial los no renovables. Lo anterior se evidencia en publicaciones realizadas por la FAO (2011) donde se afirma que el 14% de la degradación mundial del suelo ocurre en América Latina y el Caribe. Las principales causas de esta problemática son la erosión hídrica, la aplicación intensa de agro químicos y la deforestación. También, en la misma publicación se expone una disminución en la cantidad de agua potable disponible debido al exceso de consumo y contaminación. En consecuencia de lo anterior es preciso que se generen prácticas de desarrollo sostenible en cada uno de los sectores económicos para así poder evitar perjuicios irremediables.
El mal manejo de los desechos sólidos se ha convertido en un problema para la región puesto que afecta a la salud de la población y al medio ambiente. En su artículo
Manejo de residuos sólidos en América Latina y el Caribe, Sáez y Urdaneta dejaron en evidencia que el mal manejo de los desperdicios en la región se debe a que “ha prevalecido el manejo de los residuos bajo el esquema de ‘recolección y disposición final’ dejando rezagados el aprovechamiento, reciclaje y tratamiento de los residuos, así como la disposición final sanitaria y ambientalmente adecuada”. Por esta razón, se deben gestionar campañas dentro de la población donde se incentive el consumo responsable, la utilización de los restos y por último el reciclaje de los mismos cuando no tienen una vida útil.
En el continente se han implementado numerosas políticas o medidas con respecto a la protección ambiental, pero en su mayoría han resultado esteriles. La ineficiencia presentada se debe a que los políticos realmente no han considerado el panorama ambiental un tema de relevancia. Así mismo, el hecho de que no se ha promovido ni invertido en la realización de investigaciones que permitan dar solución a la crisis. Por otro lado, no hay una estructuración adecuada en las instituciones encargadas en la materia, lo cual obstaculiza el desarrollo de sus funciones. (Moran, 1996). Teniendo en cuenta lo anterior, en la región se deben desarrollar planes o medidas que permitan cubrir en su totalidad todas las problemáticas ambientales que se presenten. A esto se añade el hecho de que no sólo se deben implementar políticas, sino que sus ejecutores deben servir de instrumento para que estas tengan éxito y no ser un obstáculo en su desarrollo.
Si bien el continente latinoamericano se ha identificado por ser una fuente de variedad de recursos, no se debe entender ello como una infinitud de los mismos. En consecuencia de lo anterior, se deben aunar esfuerzos para gestar políticas idóneas y eficaces que permitan conservar y utilizar de manera responsable el medio ambiente. Al mismo tiempo, es imprescindible que se incluyan medidas de educación ambiental que ayuden a concientizar a la población acerca del respeto a la naturaleza. Como latinoamericanos tenemos la responsabilidad de implementar cambios en cuento a materia ambiental se trata, para poder así esperar que en el continente pueda perdurar la vida.
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