Por: Cristian Sneyder Rodriguez Aguilar
Todo alrededor de la Pandemia ha sido, y continúa siendo, inquietante. Desde su origen, marcado por teorías de conspiración alrededor de experimentos de control poblacional, hasta llegar al 2021, con la fe puesta en el gran logro de la ciencia: una vacuna que nos permita hacer frente a una de los peores episodios de la humanidad en décadas que, a la fecha, se acerca a la cifra récord de 100 millones de contagios a nivel global, cifra que según algunas estimaciones puede llegar a ser hasta 8 veces superior, además del triste saldo de 2 millones doscientos mil fallecidos.
Para muchos, la posibilidad de acceder a una vacuna resulta algo aún lejano. A pesar de que en septiembre la vacuna rusa Sputnik V haya sido avalada por las autoridades de salud para ser aplicada a gran escala e incluso comercializada, todavía son muchos los retos por superar. En primer lugar, la desconfianza, producto de cadenas en redes sociales, mensajes y noticias falsas, no han dejado de causar su efecto, los “ludistas” de nuestra época, llaman a incendiar laboratorios y destruir dosis de vacunas bajo creencias sin fundamento, propagando la marea del pánico, del miedo. No obstante, lo anterior no es lo más grave, pues gran parte de la población mundial no verá llegar la vacuna, no porque no quieran vacunarse o por que crean que estarán sujetos al juego de Bill Gates. No. La realidad es mucho más trágica…
La OMS, en cabeza de Tedros Adhanom, su director, ha mostrado públicamente la preocupación que tiene por el aumento en el precio de la vacunas, su acaparamiento y la insalvable desigualdad entre países ricos y pobres; y es que no es para menos, de acuerdo con datos de la misma organización, países de ingresos altos como Estados Unidos, Reino Unido, Canadá e Israel, han empezado desde diciembre sus planes de vacunación, en cambio para América Latina, a excepción de Brasil, Argentina y México, se espera que los planes de vacunación inicien entre febrero y marzo, a la par del continente africano, con la diferencia que para esa época ya habremos superado el millón de fallecidos.
Lo anterior prende alarmas pues, aunque era una situación previsible, lastimosamente no ha sido posible adelantarnos a los hechos. Sin embargo, aún queda una opción para poder atender a los pobladores de países en vías de desarrollo, atender a su población y lograr así, salvar la mayor cantidad de vidas posibles, tarea, para menos titánica. El mecanismo se ha denominado Fondo de Acceso Global Para Vacunas Covid 19 o COVAX, por sus siglas en inglés, la cual es una iniciativa entre algunos de esos grandes laboratorios ubicados en los países de renta alta, que tiene por objetivo hacer transferencias de dosis de vacunas a los países que no tienen el dinero para costear todas las vacunas para su población.
Hasta la fecha, COVAX, es el único mecanismo fruto de la cooperación para llevar la vacuna de manera equitativa asegurando que llegue al mayor número de personas. Ahora la pregunta que surge es: ¿cómo va esa tarea de vacunación distribución? En la actualidad, de acuerdo con las cifras de Our world in data, que toma datos de la universidad de Oxford, informó que se han vacunado 15 millones de personas alrededor del mundo hasta el 5 de enero del 2021, siendo Estados unidos y China quienes más personas han vacunado. Son 17 los países que han vacunado personas y lo cierto es que dentro de esos 17 no hay países africanos y los de América Latina se pueden contar con los dedos de la mano.
La segunda gran preocupación es la competencia entre laboratorios y países por la distribución de la vacuna. Si se abre una competencia sin lugar a duda los precios de mercado continuarán en ascenso y los países pobres no podrán acceder a esta. Serán 92 el número de países financiados por la iniciativa COVAX, la forma de asegurar la equidad es que los países que se autofinancian podrán pedir dosis para entre el 10% y el 50 % de su población, pero no recibirán más de 20% hasta que todos los países hayan llegado a la misma cifra, pues cada país tendrá acceso a la vacuna de acuerdo con la cantidad de población, es decir que aquellos países con más población tendrán más vacunas, buscando así, para finales de año, haber distribuido 2000 mil millones de dosis.
Sin embargo, el hecho de priorizar a la propia población podría ser a la larga contraproducente, la estrategia del “yo primero” hará que suban los precios y acaparen vacunas. La meta de la OMS es que en los primeros 100 días de este año hayan iniciado las campañas de vacunación a población de adultos mayores y personal sanitario en todos los países del mundo.
Hace un mes varias ONG y movimientos ciudadanos, entre los que se en encuentran Amnistía Internacional, Oxfam y Justicia Global ahora denunciaron indicios de acumulación de vacunas por parte de los países ricos señalando que, de seguir así, la situación en 70 de los países más pobres solo se podrá garantizar la vacunación a 1 de cada 10 personas.
Otro de los factores que dificultaría una inmunización colectiva es sin duda la desconfianza frente a la aplicación de las dosis de vacunas, de acuerdo con la encuestadora Ipsos, una encuesta realizada en octubre en 15 países señala que la fe en las vacunas está “de capa caída”, pues cada vez más personas tienen miedo a que el remedio sea peor que la enfermedad. Pero a pesar de las circunstancias no podemos olvidar que, ante el embate de este virus, solo estaremos a salvo cuando todos estén a salvo.
Imagen tomada de: https://www.paho.org/es/noticias/21-12-2020-oms-asegura-2000-millones-vacunas-contra-covid-19-para-mecanismo-covax-se
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