Por: Juan Manuel Sánchez
“Me niego a que conviertan mi cuerpo en territorio de guerra. No permito que usen mi piel como campo de batalla de disputas ajenas. No soy escudo, soy bandera, símbolo de audacia, de valentía, de resistencia. Habito un mapa cargado de caminos de resiliencia, rodeados de aguas feroces que reclaman mi libertad”. - Carolina Ribon
Al día de hoy (26/06/2021) las protestas en nuestra Colombia no paran. Las cifras de muertos y desaparecidos, las diferentes opiniones y la ineptitud del gobierno no hacen más que aumentar. Curiosamente hay cosas que no cambian y una de esas es un inamovible punto de reunión de las protestas: El monumento a los héroes.
El monumento a los héroes está dedicado a “la memoria de los diferentes soldados que participaron en la independencia de los países bolivarianos” y por lo cual “están inscritos datos de las batallas libradas por el ejército independentista en Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia.”. Además de la torre de piedra donde están inscritos estos datos, también está adornada de una “ecuestre” estatua del “libertador” Simón Bolívar y su Testamento político: “¡colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”.
No nos centraremos en las personas de ideologías fascistas que trajeron de Italia para la planeación del monumento por allá en el siglo XX sino en el protagonista de la estatua, otro ejemplo de cómo la falta de información hace que un pueblo idolatre una figura humana, ruin y despreciable y le llamen “Héroe”
Nacido en Caracas un 24 de junio de 1783, “el libertador” fue huérfano de padres a temprana edad y su primer amor (de muchos amores) murió a causa de fiebre palúdica, cambiando de manera extrema su comportamiento. Ha sido recordado por sus grandes batallas, pero también lo es por su promiscuidad, dejando cientos de criaturas sin padre y a sus madres con vacías promesas de casamiento. No se desgaste buscando sí Bolívar le dejó sus riquezas a alguno de sus hijos, ya que a ninguno de ellos reconoció.
Según los cronistas y biógrafos más conocedores del tema, Bolívar era un asesino y psicópata. A él se le atribuyen varias muertes de prisioneros españoles en diferentes circunstancias. Una de esas fue la batalla del Tinaquillo donde las cifras de asesinatos fueron horrorosas, mató a cientos europeos y a 600 soldados ya rendidos en Acarigua. Los métodos para algunas de estas muertes eran de terror, ya que tomaban a sus prisioneros y con piedras les aplastaban la cabeza, dejando que la sangre y la materia gris de estos reos les salpicaran en las botas. Además de esto, Bolívar asesinó a soldados españoles heridos que yacían en un hospital de Caracas. Mató a los rehenes españoles de la batalla de Boyacá y a náufragos de una fragata española con tropas realistas; el último incidente fue tan horroroso, que fue noticia de periódicos ingleses y franceses. Todas estas masacres las puede leer en el libro La otra cara de Bolívar de Pablo Victoria.
Para finalizar con Bolívar es necesario incluir uno de sus máximos crímenes que salpican al día de hoy la bandera que nos representa (sea usada al derecho o usada al revés), en la poco mencionada “Navidad negra”. En ese momento, Pasto, era fiel a las fuerzas realistas y esto, porque el pueblo pastuso era oprimido por los criollos, los cuales eran simpatizantes de la campaña libertadora. Entonces, el pueblo pastuso se levantó en guerrillas y por su posición geográfica le era difícil al ejército de Bolívar acceder a dicho territorio. Sin embargo, "Noche mala en vez de Nochebuena, fue para la Pasto realista la del 24 de diciembre de 1822. Casa por casa, la ciudad fue tomada por los patriotas. Los guerrilleros caían por docenas cada minuto" el proyecto de Señal Memoria rememora que “los pastusos comenzaban a rendirse, pero la tropa republicana no tuvo piedad. Era la guerra a muerte". "Se vengaron implacablemente. Unos rendidos, otros heridos, todos fueron muertos. Familias enteras desaparecieron".
La persona de “El libertador” fue tan despreciable que hasta Karl Marx años más tarde se refirió a él como el "canalla más cobarde, brutal y miserable. Bolívar es el verdadero Soulouque". Bolívar no es ni será un héroe. ¿Acaso un héroe puede comportarse de una manera tan sanguinaria? Usted puede defender el comportamiento de este hombre porque nos dio “libertad” pero ¿a qué precio? ¿Esa “libertad” justifica todas sus masacres?
¡No! El fin JAMÁS justificará los medios; pero somos ciegos a entender esa verdad absoluta, la fantasía en la que vivimos ha llevado a que se honre a personas despreciables. ¿No le recuerda esto a alguien?
Hay cierto psicópata que esparce tumores por nuestra Nación, alabado e idolatrado por muchos como un Mesías. Se dice que este hombre acabó con la violencia en el país, que destruyó a los paramilitares y que le dio paz a Colombia, cuando en realidad es un mentiroso, y un cobarde. Mentiroso porque necesitó de falsos testigos para que los procesos que lleva en su contra la justicia colombiana se resuelvan de forma engañosa y un cobarde porque no tiene las agallas para ir a la Comisión de la Verdad a declararle a miles de familias por qué sus familiares no volvieron a casa. Si no hay nada que esconder ¿Por qué no ir? ¿Acaso la alacena de su cocina está llena de cráneos inocentes? ¡Lo llaman ciegamente héroe! Gente ciega que lo defienden a él y a su séquito de comadrejas y que no ven la sangre que recorre sus manos y que cae como cascada cubriendo nuestra tierra.
¡Llaman héroes a los caminantes de blanco! Dizque son “La gente de bien”. Estos caminantes andan en camionetas blancas disparando a todos los manifestantes que ven; ayudan a la policía sacando sus armas y disparando a cualquiera que les quite su “paz”, sin entender que esa “paz” se la han quitado a todo el pueblo colombiano por todas las vidas que han arrancado un sin número de gobiernos incluyendo, por supuesto este. A estos se les unen políticos también vestidos de blanco, que van a las 3 am a Cali para “cumplir” de manera incompetente sus deberes. Estimado lector, no se le olvide que los carniceros también van vestidos de blanco.
Pero no se preocupe, hay legítimos héroes que buscan un país mejor, a pesar de que para muchos este país sea un caso perdido, personas que dieron su sangre por este país, pasando de héroes a mártires, Lucas Villa fue uno de ellos, un hombre que marchó por las calles de este país creyendo, por aquellos cobardes que no creen, por aquellos que les importa muy poco el destino de esta nación, una persona que salió por una causa noble y que fue alcanzado por las balas de unos cobardes encapuchados y que al día de hoy siguen amenazando a su familia.
Para suerte suya y mía, hay un grupo de colombianos que encarnan la labor de ser héroes. Hay héroes que por fin están tirando al suelo todas esas estatuas que exaltan a criminales como si fueran héroes, hay colombianos (son pocos, pero los hay) que toman la fama que han conseguido para mandar un mensaje en contravía de lo que quiere el gobierno y sobre todo, hay un grupo de personas que han marchado exigiendo un cambio en este país, que exigen que el cuerpo de esta nación no sea “territorio de guerra” a pesar de que algunos cínicos ineptos de este país los generalicen a todos como “vándalos”; cínicos por la poca vergüenza al estigmatizar a todo un pueblo que está luchando para que todos tengamos condiciones de vida dignas, e ineptos porque carecen de cualquier entendimiento que los lleve a comprender que este país está cayéndose a trozos.
Estos héroes han marchado por todo el país y uno de los lugares donde forman resistencia es en el Monumento a los héroes. Los únicos héroes que hay en ese monumento son los miles de colombianos que se reúnen ahí exigiendo un cambio, exigiendo un país mejor sin muerte, sin corrupción, donde la sangre no justifique la paz, un país por fin digno.
Y la unión de este país, hará que las ratas y la mugre de esta Nación corra, que esos demonios de ultratumba huyan a las profundidades del infierno. Dejemos el mal hábito de buscar un Mesías, una figura humana que nos salve; ya se han cometido errores creyendo que salvarían la patria un hombre de Caracas y un hombre de Antioquia; la sangre habla por sí sola del fraude que han sido estos miserables. Héroe no debe ser solo uno, héroes tenemos que ser todos, si tenemos una responsabilidad mayor o menor con este país puede ser debatible, pero no hay duda de que este país es suyo y mío, y el destino de este, está en nuestras manos.
Este país nos necesita, sus bosques, sus ríos, sus páramos, sus montañas… su gente, este país necesita héroes. ¿Usted está dispuesto a ser un héroe para esta nación?
“Y cuán hermosa es tu voz, tu fuerte sonido, cuán impresionante es tu temblor y cuán satisfactoria es tu unión. Que estremecedor la forma en que invitas a mi ser a andar, a mis cuerdas a gritar y a mis ojos a llorar, que inquietante e inexplicable eres para mí, tú, pueblo colombiano”- Sofía Muriel
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